Capítulo XV - CONCLUSIÓN

EL CASO "IVONNE"

CAPÍTULO XV

C O N C L U S I Ó N

PRISIÓN PROVINCIAL

...A las tres de la tarde, Diego y Javier Ponce, después de haber cruzado un largo porche, entran en la sala de acceso al lugar; la gran mayoría de las personas que vienen, pasan por esta entrada y normalmente después de aparcar sus vehículos en la zona habilitada para ello. Un guardia tras el mostrador que los para, les atiende...

—¡Hola! ¡Somos del juzgado, venimos a ver a un preso, se llama Bartolomé Colón! Al tiempo que le enseña su tarjeta de identificación como funcionario, con su placa.

—¡Ah…! ¡Ya sé quién es!, ¡pues sí que está solicitado el tío éste!, hace un rato que se acaba de marchar un tipo que también ha estado con él —comenta el guardia—. ¿Qué le digo que salga a la sala de visitas?

—¡No!, ¿si nos lo permites, entraremos nosotros a verlo?

—¡Esperad que vaya a preguntar por dónde anda!

Al rato regresa el guarda, en su mano cuelga un aro lleno de llaves, a la vieja usanza. Los modernismos aún no han acabado de implantarse en la “Prisión Provincial”.

—¡Está en la cocina, ahora os abro!

—¿Qué está comiendo?, ¿por cierto pensaba que hoy en día todas las cerraduras funcionaban con tarjetas electrónicas?

El guarda sin contestar a la pregunta de las tarjetas:

—¡Habitualmente aquí se termina de comer a las dos y media!.

Pero a éste, como "lo tiene bien", le están dejando comer más tarde.

Tras lo que abre una enorme puerta metálica, pintada de color verde, que da a parar a un patio, enfrente se ve una puerta de las mismas dimensiones.

—¿Sabes el camino verdad?

—Sí, no hay problema, ya he estado otras veces. Mejor hubiera sido ir directamente a la sala de visitas. —Susurrándole a Diego.

—¡Por cierto, dejadme el carnet y lo recogéis cuando salgáis! Ya sabéis como son las nuevas normas. —Tras lo indicado, recogiéndolos el guarda que los ha atendido, y cruzada la primera puerta, los dos se dirigen a la puerta de enfrente, gemela de la anterior, un nuevo guarda la abre:       

—¡Pasad!, ¡si lleváis algún objeto punzante dejadlo en aquella mesa!

—¡CLINK… CLANK, PLEFFF! —Ponce deja su llavero y un bolígrafo, Diego también deja sus llaves. Ambos pasan por debajo de un arco detector sin novedad.

—El preso que estáis buscando está al final de aquel comedor, no tiene pérdida.

En nada ya están en una gran sala, repleta de largas mesas y bancos perfectamente colocados unos frente a otros, y entre los que se han dejado unos estratégicos pasillos para ser recorridos por los internos y colocarse. Los dos hacen la pequeña ruta por uno de ellos y de acuerdo con lo indicado, al final está un hombre, pero no está sólo, un calvo de mediana estatura y aspecto musculoso, se dirige “tensionado” a ellos:

—¿A quién buscáis?

—¡A Bartolomé Colón, el de las discotecas!

—¡El nuevo está allí, al lado de las picas!

Diego y Ponce se acercan por fin al hombre, que de espaldas a ellos está comiendo.

—¿Sabes quién era ese?

—¡Sí Ponce, es el violador que mató a las dos niñas! ¡Menudo hijo de puta!

La pareja se acerca al hombre sentado, tocándole Ponce el hombro derecho.

—¡Colón venimos a hablar contigo!     

El hombre sin dejar de colocar las manos en su mesa, se gira:

—¡No sabía que aquí dejaran entrar a maricones!

—¡De eso venimos precisamente a hablarte!

—¡Cantad de una puta vez lo que os ha traído aquí y largaros!

—Estamos preocupados por tu salud, venimos a aconsejarte que te hagas las pruebas del sida y que si no tienes testamento lo hagas.... —le suelta el periodista y de un tirón las novedades.

Colón aparta las manos y se gira al completo, observa como un guarda no lejano a ellos le vigila y, decide retener sus impulsos, ya no está en su ambiente.

—¿De qué coño habláis?

A lo que Diego de manera telegráfica, para continuar igual:

—El travesti que te tirabas, la "Ivonne", resulta que se suicidó porque tenía el SIDA, ¡como ahora lo tienes tú!

—¿Y cómo lo sabéis vosotros?, ¿os habéis vuelto adivinos?

—El que vivía con ella nos lo ha contado todo, tenemos además un análisis clínico que lo demuestra.

—¡Me cago en Judas, esto es mentira, estáis mintiendo!

—¡Puedes creer lo que te salga de los cojones!, ahora yo de ti me haría las pruebas, ¡aquí son gratis!

¡Vámonos Javierito que éste ya va servido!

Acabada su misión “divulgativa”, los dos amigos se giran y toman el camino de regreso a la entrada, no se despiden siquiera del anonadado y pensativo Colón. Durante el trayecto…:

—¿Por qué le has dicho que teníamos los análisis? —le pregunta Ponce por curiosidad.

—¡Para que se acabara de convencer...!

Ya en la entrada de antes, recogen sus carnets y se despiden del guarda:

—¡Gracias por todo!, ya sabes donde estamos si necesitas algún día algo.

—¡Sí, ya sé!, en los juzgados, pues nunca se sabe…

—¡Por cierto!, no os acerquéis sin tomar precauciones, al preso que hemos venido a visitar. ¡Es seropositivo!

—¡Será cabrón el tío, no lo ha notificado cuando lo hemos ingresado!

—¡A éste los demás le importamos una mierda, sólo va a lo suyo!, ¡además está totalmente arruinado!, si hace alguna “oferta” para tener tratos especiales, no pagará el acuerdo…

—¡Lo tendremos bien en cuenta todo! ¡Y además haremos “correr la voz”…!

—¡Hala Diego vamos, que llegamos tarde! —exclama Ponce, al tiempo que a lo bajini le comenta—: ¡Pero que cabrón eres, le has dejado bien “enmierdado” el terreno, ¡Yo a ti no te quiero tener de enemigo!

—¡Recuerda que fue él quien ordenó a Benito lo de mi accidente…!


…Pasados unos días, destapando la correspondencia oficial, Javier Ponce destapa un sobre dirigido al titular de su Juzgado, el remitente es el “Instituto Nacional de Toxicología”. Extrae los papeles de su interior y resulta ser el esperado informe de la fallecida "IVONNE".

Javier no puede evitar la curiosidad de leer el abultado y detallado informe:

«Procedente de la Dirección General de la Policía se ha recibido en este Departamento de mi dirección piezas de convicción para su análisis, que interesa al Juzgado de Instrucción número cinco.

ANALISIS CRIMINALISTICO. Muestras recibidas y utilizadas: Un cráneo y su mandíbula, y fotografías.

Análisis solicitado: Estudio Antropológico encaminado a la identificación.

Análisis realizado: Una vez comprobado que la mandíbula y el cráneo se corresponden, pasamos a realizar el estudio del sexo.

Características morfológicas del cráneo:

* Tamaño general de grande a medio.

* Volumen endocraneal 1.340 cc.

* Peso 487 g.

* Grado de robustez general importante, aunque no extrema

* Eminencias frontales y parietales poco marcadas.

*Improntas de las inserciones musculares occipitales ligeramente desarrolladas, a nivel parieto temporal muy desarrolladas.

* Frente inclinada de forma redondeada.

* Protuberancia supraorbitaria muy desarrollada.../».

El informe continúa describiendo al mínimo detalle las características del cráneo....

«…\. Todas estas características son propias del sexo masculino. Igualmente son propias de la raza blanca.

Comentamos también el enorme adelgazamiento del diploe y tablas a nivel de las eminencias parietales. Éste hecho es propio de varones añosos, en los que se ha producido una disminución de la función de las hormonas sexuales.

Informe del INSTITUTO ANATÓMICO FORENSE

Llama la atención al tratarse en este caso de un varón adulto, que por su edad debería tener perfectamente conservada dicha función.»

El extenso informe continúa...

«Del conjunto global de resultados, obtenemos una edad estimada entre 27 más menos 5 años.

No es posible calcular la altura del individuo, al carecer de huesos largos, No obstante en función del tamaño de la cabeza, no parece probable que su talla fuera corta, incluso es posible que no fuera inferior a la media.../.

El cráneo muestra claros signos de haber sufrido la acción de la cirugía. Hay dos cicatrices simétricas en ambos maxilares superiores, longitudinales, descendentes desde la articulación con el nasal, apófisis ascendente, hasta la zona colindante con la escotadura nasal. La finalidad puede haber sido la resección de una pequeña porción ósea.../

En cuanto a la causa de la muerte, únicamente podemos aventurar la hipótesis de una muerte con o por insuficiencia respiratoria, pues las piezas bucales muestran una coloración típica que hemos observado en las muertes por esta causa, ahogados, intoxicados por CO, asfixia mecánica, INTOXICACION DE DROGAS con parada respiratoria. etc./.

Su estatus socio cultural probablemente no era malo, ya que su higiene y cuidados bucales eran buenos. El cuidado de su aspecto externo era grande, pues se había realizado la cirugía plástica sobre la nariz.

Tenía la costumbre de ingerir sustancias como café, té y tabaco.

Es probable que sufriera una alteración de la función de las hormonas sexuales.

Al comparar la forma y proporciones de los rasgos faciales, estos coinciden con los del individuo de la fotografía.

La congruencia entre tamaño, proporción y orientación de las piezas bucales, entre el cráneo y la fotografía es plena, hasta el punto de ser suficiente para la identificación positiva.../.».

El informe lo firman dos personas.

Tras esta lectura, Javier se maravilla de como puedan a través de un cráneo y unas fotografías, llegar a tal grado de detalle:

«¡Incluso sabían que tomaba café...!».

FIN DEL CAPÍTULO XV

No se recomienda su lectura a personas menores de 16 años.

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