Salón Casa fallecida
Decorado: Un sofá girado, una mesita en el centro y un arcón congelador.
Hay una puerta en un lateral, que se irá abriendo y por ahí irán apareciendo los personajes. Quizás habrá que sacrificar un poco de frontal con una cortina.
Aparecerán:
El Agente Judicial Flo
Un Cerrajero (más adelante será también Lindo el Gigoló)
La Vecina (más adelante será Tía Buena)
El Juez Maso
El Doctor Tripas
Ivonne
Se oyen las voces de detrás de la puerta:
FLO.— Esta es la puerta, la letra B
CERRAJERO.— ¿Está Vd. seguro? ¡No nos podemos equivocar!
FLO.— ¡Que sí! ¡aquí es donde nos han dicho que vive la mujer! ¡y de donde viene el olor!
CERRAJERO.— ¡Mire, que un día nos equivocamos e interrumpimos a una pareja, y por poco se muren del susto! ¡yo creo que se les debieron ir las ganas de volverlo a hacer en su vida!
FLO.— ¡Calla! ¡calla, y no hables de matar, ni de muertos! ¡que las palabras las carga el diablo!
CERRAJERO.— Se dice las armas...¡las armas las carga el diablo!
FLO.— ¡Bueno, como se diga! pero no me extrañaría que encontrásemos a la desparecida muerta!
CERRAJERO.— ¿Y porqué?
FLO.— ¡Por que esto es lo que pasa siempre en las películas! ¡Y no preguntes más y abre de una vez la cerradura!
CERRAJERO.— ¡Esta bien! ¡está bien! pero espere a que pulse el timbre...
Un lapsus...
CERRAJERO.— ¡No funciona, llamaré a la puerta!
POM, POM (Se oyen dos golpes) un breve lapsus...
POM, POM y gritando:
CERRAJERO.— ¡Abra la puerta!
POM, POM
¡Abra la puerta!
FLO.— ¡Hala, ya está bien, abra la cerradura de una vez!
CERRAJERO.— ¡Como quiera, ya la abro!
Se abre la puerta y debe haber un efecto de sonido acompañado de humo o polvo (puede ser un globo lleno de polvos de talco) que quiere simular el olor que se de repente se siente al abrir la puerta.
También ahora se debe abrir la luz del escenario al mismo tiempo, hasta el momento sólo se iluminaba la puerta.
Entran tosiendo los dos:
FLO.— ¡Que peste! ¡pero que peste! ¡aggg!
CERRAJERO.— ¡Huele como un gato muerto! ¡Puag! ¡puag!
Ahora el público sólo puede ver el sofá desde la parte trasera. El cerrajero se queda por la entrada, Flo se dirige al sofá por delante de él.
FLO.— ¡Mire aquí hay una mujer tumbada! ¡Y parece que está muerta! ¡ya decía yo "Que las palabras las cargaba el diablo"
El cerrajero se acerca también
CERRAJERO.— ¡Y tan muerta!, ¡está completamente pálida! ¡habrá que llamar a la policía… a la Justicia!
FLO.— ¡Yo represento a la Justicia!
CERRAJERO.— Pues yo pensaba, que era un policía de naa… de los que ponen multas, y no de los de verdad, los que investigan y esas cosas.
Flo va hacía el centro del escenario y como si preguntara al público
FLO.— ¡¿Tengo yo pinta de poner multas?! ¡¿Tengo yo pinta de poner multas?!
Y gesticula como imitando a Sherlock Holmes, haciendo ver que mira con una lupa y fuma en pipa.
FLO.— ¡Para que te enteres, a mi, todo el mundo me confunde con Sherlock Holmes!
CERRAJERO.— ¡Sherlock Holmes... Si Vd. lo dice!
FLO.— ¡No me extraña que sea un simple cerrajero!
CERRAJERO.— ¡Oiga, sin faltar! que desciendo de una consagrada familia de ladrones! ¡Ay, perdón, de cerrajeros! Mi abuelo logró abrir la caja fuerte del Banco Central, y ¡no piense que lo hizo para robar!, fue por que se lo pidió el mismo Gobernador del Banco, que se había olvidado las llaves dentro.
FLO.— ¡Se coge antes a un mentiroso que a un ladrón!
CERRAJERO.— ¡Se dice "Se coge antes a un mentiroso que a un cojo"!
FLO.— ¡No se haga el "listillo", me ha entendido perfectamente!. ¡Cuéntele las hazañas de su familia a otro, que conmigo no cuelan!
He visto sus antecedentes penales y se de donde procede... Vd., su abuelo y por lo que se ve... ¡toda su familia!
Si le he llamado, es porque es el cerrajero más barato.
CERRAJERO.— ¡Así! ¡Pues sabe lo que le digo, que ahí se queda! ¡yo no quiero líos!
Y se dirige a la puerta
FLO.— ¿Pero a dónde va? ¡Quédese ahí!
CERRAJERO.— ¡Ni hablar, por lo que me pagan yo ya he cumplido! Si quiere algo, ya me llamará... ¡Sherlock Holmes!
Y acaba de salir por la `puerta
Flo mira hacía el cadáver
FLO.— Pues tendré que llamar al Juez Maso, que es quien está de guardia, e informarle de lo que hemos encontrado.
Saca el teléfono y marca (un lapsus)
La voz del juez será en off, sin estar presente en el escenario.
JUEZ.— Juez Maso al habla...¡Dígame!
FLO.— Su señoría, soy el agente Flo, estaba ejecutando una orden de autorización, para la entrada en una vivienda, de la calle Limón...
Le interrumpe el Juez
JUEZ.— ¿La calle Limón, de que me suena? ¿de que me suena este nombre?. ¡Ah sí, ya recuerdo...! ¿qué pasa, hay novedad?
FLO.— ¡Pues sí!, ¡hemos hallado a la propietaria muerta!
JUEZ.— ¡Ostras, que mala suerte!
FLO.— Parece que ya lleva tiempo fallecida.
JUEZ.— ¡No te muevas de ahí y en unos minutos estaré contigo, para hacer el acta y levantar el cadáver!
FLO.— No se olvide de llamar al forense.
JUEZ.— ¡A mi no me des órdenes, el Juez soy yo! ¡Yo doy las órdenes!
¡Como ya te he dicho, parto para allí, y ya traeré conmigo al Doctor Tripas!
FLO.— ¡Si su señoría, como Vd... ordene!
JUEZ.— ¡Sin "coñitas", no soporto las "coñas"!
FLO.— ¡A sus ordenes su señoría! (y cuelga el teléfono) Este Juez de cada día es más suspicaz, ¿de que me sonará la calle Limón?, de que puñetas le va a sonar, si cuando sale del juzgado, solo se va de putas. Seguro que sabe el nombre. de todas las calles donde hay un "tugurio".
Esperando la llegada del Juez, Flo mira el recinto, dando vueltas, se fija que encima de la mesita hay un diario, lo coge.
FLO.— Esto parece que es un diario, de los de antes, de los que se escriben contando lo que hace una persona. Hoy en día, la gente lo cuenta todo por facebook. "He conocido a Pepita, pero la encuentro un poco sosita, este próximo fin de semana estaré de viaje...¡así que si me queréis robar, no habrá nadie que lo impida (en plan sorna)" ¡En fín!
Abriendo el diario
FLO.— A ver que dice aquí:
"Hoy he ido al Hotel "La Cita" a cumplir el encargo de mi cliente, el hotelero Andrés Pino, me ha encargado que elimine al conserje de noche, pues le ha montado un negocio paralelo, y se dedica a vender drogas.
He cumplido el trabajo sin problema, el salido del conserje "a picado" a mis encantos, se creía que era una chica fácil y enseguida me ha metido en el cuartito de detrás del mostrador. Y nada más entrar le he clavado el cuchillo en el corazón... ¡y listo!, un trabajo rápido y sin testigos"
¡Puñetas! ¡Esta mujer, era una asesina a sueldo! ¡Y esto es sólo el principio del diario...!
POM, POM, llaman a la puerta y entra una mujer, es la vecina, como es la misma actriz que hará de Dolores Tía Buena más adelante, para este personaje debe estar caracterizada, por ejemplo con un pañuelo en la cabeza y ropas de mujer antigua de pueblo, y si tiene habilidades con un tipo de acento, por ejemplo "mañica", realzarlo.
VECINA.— ¿Se puede pasar?
FLO.— ¡Nooo! ¡no se mueva de ahi! ¡no ve que va a contaminar las pruebas!
VECINA.— ¡Que contaminaaar ni ocho cuartos! ¡Una es una mujer muy limpia!
Y sigue caminando hacía el agente. Mira a la muerta del sofá y da un grito:
VECINA.— ¡Ahgg! ¡está muerta!. ¡Anda! ¡anda! ¡si esta es mi vecina Ivonne! ¡la desaparecida! ¡cuando les llame, yo creía que habría un animal muerto... pero nunca me imaginé que sería la Ivonne!, aunque bien pensado... algo de animal si era, ¡quizás una cerda!
FLO.— ¡Bueno ya que ha entrado, se puede quedar! ¡pero no toque a la muerta!
VECINA.— ¡Dios me libre!
FLO.— Vamos a ver, ¿veo que conocía a la muerta?
VECINA.— ¡Ah Ivonne! ¡pues claro que sí! ¡era muy popular en la finca! ¡quién no iba a conocerla si se había "tirado" a todo el barrio!
FLO.— ¡Oiga! ¡oiga, hable con un poco más de respeto, que la mujer está muerta!
VECINA.— ¿Respeto? ¡Será el que me tenía ella! Se acostó también con mi Marcial y...¡me lo robó! ¡Siii! ¡siii!, ¡me lo robó!
El cabrón de él, después de contarme que se había acostado con ella, me dijo que se marchaba a vivir a esta casa...¡y ya no volvió! ¡ella me lo robó!
FLO.— ¡Bueno mujer, todo tendrá una explicación!
VECINA.— ¡No hay explicación que valga, ella me lo robó y punto!
FLO.— Mire señora, ahora vendrá el Juez, y Vd. no puede estar aquí, yo le agradecería que vuelva a su casa, ¡y le prometo que le contaré todo lo que vayamos descubriendo!
VECINA.— Si me promete tenerme informada de todo... ¡yo me marcho! ¡aunque no estaré muy lejos... por si me necesita!
La Vecina se va hacía la entrada y antes de salir mirando a la muerta:
VECINA.— ¡Y tu "jodía robamaridos", espero que te pudras en el infierno!
Y sale.
FLO.— ¡Uff, pensaba que no se iría nunca! ¡seguro que está escuchando desde detrás de la puerta!
Ahora Flo se dirige a un arcón que está en un lado del escenario, convendría iluminarlo a partir de ahora más. Cuando va en dirección a él.
FLO.— ¿Y esto que pinta aquí, en un salón, un congelador? ¡Ahí que esto no me gusta nada...! ¡me estoy temiendo lo peor!
Abre el arcón con precaución y mete la cabeza y los brazos, tarde unos segundos y saca algo (es una oreja).
FLO.— ¡Lo que pensaba, aquí guardaba sus trofeos! ¡Esto es una oreja! ¿a quién pertenecerá? ¡seguiré buscando!
Y la tira hacía el público, debe sonar un efecto. Vuelve a meter la cabeza y brazos y hace ademán de buscar. Saca un brazo (de maniquí)
FLO.— ¡Un miembro de un cuerpo, seguro que el resto está aquí dentro!
(Efecto) y lo tira al escenario.
Sigue buscando de nuevo y saca una cabeza
FLO.— ¡Esto es lo que buscaba! ¡esto nos aclarará muchas cosas!
Este debe ser Marcial, el marido de la Vecina, ¡el "robao"!
o al menos lo que queda de él. Salgamos de dudas.
Se gira hacía la puerta, como si se dirigiera a alguien
FLO.— ¡Vecina! ¡ya puede entrar!
Nadie responde.
FLO.— ¡Vecina, que ya puede entrar! ¡entre ya, que la estoy oyendo!
La Vecina aparece por la puerta:
VECINA.— ¿Qué eres un brujo? ¡padre nuestro, amén!
Se santigua rápidamente.
FLO.— ¡Venga aquí, que quiero que vea a alguien!
Esconde la cabeza detrás de él. La vecina se acerca.
VECINA.— ¿Y a quién quiere presentarme? ¡mire que a mí según que cosas raras no me van, yo estoy hecha a la antigua!
Flo le enseña ahora la cabeza (efecto)
FLO.— ¿Es este su Marcial?
La Vecina da un grito de horror y luego
LA VECINA.— ¡¡¡Este es mi Marcial!!!
¡¿Pero donde está su cuerpo?! ¿Dónde has estado cabronazo?
FLO.— No le hable, que el hombre no le puede oír, ¡está muerto!
VECINA.— ¡Mi Marcial está muerto! ¡Y yo que pensaba que se había ido con esta zorra! ¡Ahí mi pobre Marcial!
Pues ya ve Vd. que su Marcial decía la verdad cuando le dijo que se venía a vivir con ella. Pero por lo que se ve, debía ir muy caliente... ¡y lo enfrío! aunque parece que se olvidó de él, y se congeló.
VECINA.— ¡No hable así de mi hombre, que era una buena persona!
FLO.— ¡Pero si hace un rato, echaba maldiciones de él!
VECINA.— Pero esto era antes de verlo así... ¡sin su cuerpo, sólo su cabeza!
Él ha sido el único hombre de mi vida, el me desvirgó a los quince años, y no he conocido a otro hombre.
FLO.— ¿No era Vd. muy jovencita para practicar el sexo?
VECINA.— ¡En los pueblos es lo más normal del mundo! Si no satisfaces a tu novio, ¡se va con otra!
FLO.— ¿Y para que están las "manitas"?
Gesticulando como masturbarse
VECINA.— ¡Ah, se refiere a esto!
Gesticulando también
VECINA.— ¡Esto ya hacía un año que se lo hacía! Pero él quería más... y una ya tenía un callo de tanto...
Gesticulando de nuevo
VECINA.— ¡Así, que un día lo preparamos y coincidiendo con las fiestas del pueblo, el me desvirgo en el Campanario de la Iglesia.
FLO.— ¡Pues menudo lugar eligió para este día tan especial! ¡No le digo si se ponen a sonar las campanas en ese momento!
VECINA.— ¡Eso no podía pasar! ¡que somos de pueblo, pero no gilipollas!
Antes de empezar... "la faena", subimos la cuerda de la campana, y ya me dirá, ¡como la tocan sin cuerda!
FLO.— ¡Perdone Vd. que sea un poco morboso!
VECINA.— ¡Si ya veo que es Vd. un poco "guarrete"! pero pregunte, pregunte sin problema, que a mi me está gustando contarlo, ¡me trae muy buenos recuerdos!
FLO.— ¿Y no estaba el suelo un poco frío?
VECINA.— ¡Oiga, que en el pueblo no éramos tontos, aquel era un lugar preparado para este fin, yo creo que todas las mujeres del sitio, habían pasado por el campanario.
Allí había un colchón, un orinal y algunos trapos, todo lo necesario para este acto.
FLO.— ¿Y no había un barreño para lavarse?
VECINA.— ¡Esto no hacía falta...! ¡cuando terminamos, luego nos fuimos a lavar al río! ¿qué agua más limpia, que la del río? ¿O no piensa así Vd.?
FLO.— ¡Bueno!!! ¡sabe que le digo que ya me doy por enterado!
VECINA.— ¡No hombre, no, siga preguntando! ¿No quiere saber lo que hicimos en el río?
FLO.— ¡Que no mujer, ya es suficiente, ya me hago una idea!
En estos momentos se oye golpear la puerta:
POM, POM, y entran dos hombres. Son el Juez Maso y el Doctor Tripas.
El Doctor lleva una bata manchada de sangre.
JUEZ: ¡Ya estamos aquí! ¡Dónde está la muerta!
Flo le entrega la cabeza a la vecina y se dirige hacía ellos.
FLO.— ¡Hola su Señoría! ¡la muerta está aquí! (señalando)
El Juez y el Doctor fijan su atención en el sofá
TRIPAS.— ¡Vaya, vaya, guapa mujer!
JUEZ.— ¡Guapa mujer...! ¡tú cada día estas peor! de tanto tratar con muertos tu gusto se ha deteriorado.
FLO.— La mujer llevaba ya tiempo fallecida.
JUEZ.— ¡Ya estamos! ¡El Juez soy yo! ¡ya diré yo cuanto tiempo y como falleció la mujer! ¡Aquí mando yo!
¡Por favor Doctor Tripas, haz una primera inspección ocular!
TRIPAS.— ¡Enseguida...! ¡perdón, a sus ordenes su Señoría!
JUEZ.— ¡Ves Flo, así es como a mi me gusta que se hagan las cosas!
Flo no contesta.
TRIPAS.— Pero, necesitaría un poco más de luz, ¡ayúdenme a dar la vuelta al sofá, por favor! (15 minutos)
El Juez y Flo agarran también el sofá, las luces del escenario deben aflojarse. El sofá es girado hacía el público. En él tumbada debe estar Ivonne, vestida con camisón blanco con manchas de sangre o similar y caracterizada como un cadáver.
También se puede bajar y subir el telón, casi lo más aconsejado.
Cuando el sofá ya está girado, se enciende de nuevo la iluminación y suena un efecto.
TRIPAS.— ¡Ahora está mucho mejor!
Y sacándose una lupa se pone a examinar el cuerpo, al mismo tiempo
FLO.— ¡Su Señoría venga conmigo que le tengo que mostrar algo!
JUEZ.— ¡No puede esperar!
FLO.— ¡No!
El Juez le echa una mirada
FLO.— ¡No, su Señoría!
Los dos se adelantan en el escenario dirigiéndose a la vecina
JUEZ.— ¡Pero que demonios! ¡Está mujer tiene una cabeza!
FLO.— ¡SI, es Marcial!
JUEZ.— ¿Y quién leches es Marcial? ¡Explícate! ¡y quién es esta mujer!
FLO.— ¡Mire su Señoría, yo se lo explico! Esta mujer es la Vecina, que ha sido quién ha denunciado lo de los olores.
También resulta, que su marido desapareció hace unos meses, ella se creía que se había fugado con la muerta, pero resulta...¡que la muerta fue quien lo mató, y después guardó su cabeza en este congelador.
JUEZ.— ¿Y tú, como sabes todo esto, si hace poco que has llegado a esta casa?
FLO.— ¡Bueno, es que yo soy un buen agente!
El Juez le hecha otra de sus miradas.
FLO.— ¡Y además la vecina me contó lo de su marido!
El Juez lo vuelve a mirar
FLO.— ¡Y además he encontrado un diario personal de la muerta, donde dice que era una asesina a sueldo!
JUEZ.— ¡Una asesina a sueldo, como en las películas americanas!
FLO.— Y parece que tenía mucho trabajo.
JUEZ.— ¡Pues posiblemente la matara, un cliente insatisfecho!
VECINA. — ¡Oigan, me puedo llevar a mi Marcial a casa!
JUEZ.— ¡Ni hablar! ¡disculpe señora, escuchando a éste, me había olvidado de Vd.!
¡Flo coge la cabeza y ponla de nuevo donde la has encontrado!
Flo intenta cogerla, pero la Vecina se resiste a soltarla
JUEZ.— ¡Suéltela Señora! no se preocupe que en unos días se la entregaremos para que pueda Vd. enterrarla.
VECINA.— ¿Enterrarla? ¡No la pienso enterrar, la voy a embalsamar, y así cada día, le miraré, y lo podré maldecir!
FLO.— ¡Tranquila Vecina, ahora déjemela a mí! ¡ya tendrá tiempo para pensar lo que hacer con ella!
La mujer cede y la suelta. Flo la introduce de nuevo en el congelador.
JUEZ.— ¡Y ahora señora vaya a su casa y descanse!
Acompañándola a la puerta.
La atención ahora es para Tripas.
TRIPÀS.— ¡Ya está! ¡ya tengo mis primeras conclusiones!
El Juez y también Flo se dirigen hacía él
JUEZ.— ¡Cuenta Tripas, cuéntaselo a este Juez!
TRIPAS.— ¡Veamos, lo primero, esta no es una mujer, es un hombre!
FLO.— ¿Cómo un hombre?
TRIPAS.— ¡Si, un hombre!, su constitución física corresponde a un ser masculino, aunque... posiblemente este sea el cuerpo de un transexual.
JUEZ.— ¡Ya me veo esta noche en los telediarios!, entre la cabeza y ahora el afeminado, ¡no me libro!
FLO.— ¡Transexual, ha dicho transexual! ¡que no es lo mismo que un homosexual...!
JUEZ.— ¡Transexual, homosexual y que leches importa como lo llames! ¡Este tío era un hombre que se hizo mujer, como la danesa, "Lili Elbe", la primera persona transexual que cambió de sexo!
FLO.— ¡Pues si que está documentado...? ¿no perderá aceite Vd. también?
JUEZ.— ¡Más respeto! ¡No olvides, que yo soy el Juez! ¡y si lo soy, entre otras cosas, es por mi cultura!
FLO.— ¡Bien se encarga su Señoría de recordármelo en cada momento!
JUEZ.— ¡Je...je!
Y Tripas, ¿ya sabes como murió?
TRIPAS.— Desde luego no fue una muerte natural, los primeros indicios indican que murió envenenada, ¡bueno envenenado, sería mejor decir!
JUEZ.— ¿Y cuanto tiempo hace de ello?
TRIPAS.— No lo puedo decir con exactitud hasta que no le haga la autopsia, pero aproximadamente un mes, posiblemente 25 días.
¿La conocía su Señoría?
JUEZ.— ¿Porqué lo dices? ¿qué te hace pensar que la conociera?
TRIPAS.— ¡No se... por su forma de mirarla, quizás!
JUEZ.— ¿Y qué hay de raro en mi forma de mirar? ¡pensaba que con el "rarito" de Flo estábamos servidos! ¡pero veo que tú también lo eres!
TRIPAS.— ¡Disculpe su Señoría! es que últimamente no duermo muy bien, y veo lo que no hay.
JUEZ.— Pues si ya has terminado con ésta, o este, ¡o quien leches sea!, puedes empezar con la cabeza y lo que te puedas encontrar más, en aquel arcón.
Señalando al mismo, todos dirigen la mirada hacía él.
TRIPAS.— ¡No le entiendo! ¿a quién se refiere?
FLO.— Yo te lo explicaré...
Y van hacía él, antes Tripas con una sábana que hay en los pies del cadáver la extiende y tapa a Ivonne.
Flo levanta la tapa del arcón y saca de nuevo la cabeza.
FLO.— Este hombre era el marido de la Vecina de al lado, se llamaba Marcial, y dentro además, hay más restos humanos.
Los he contado a golpe de vista, y por lo menos hay tres cuerpos.
TRIPAS.— ¿Y como sabes que hay tres?
FLO.— ¡Pues, porque hay al menos cinco manos, en la parte de arriba, y se ve que posiblemente por debajo, parece que haya otra cabeza!
TRIPAS.— ¡Sabia conclusión!
FLO.— Es que se me está pegando la sabiduría de su Señoría.
JUEZ.— ¿Cómo te atreves...? ¡Estás a un paso de que te sancione!
FLO.— ¡Le pido clemencia su Señoría! pero le recuerdo que he encontrado algo que nos ayudará a aclarar este Rompecabezas.
JUEZ.— ¿Qué es lo que has encontrado? ¿aquí quien manda soy yo, que para algo soy el Juez! ¡si tienes alguna prueba, enséñala de inmediato!
Flo, mete de nuevo la cabeza dentro del arcón y se dirige a la mesita y recoge de nuevo el diario personal encontrado antes, y lo enseña.
FLO.— ¡Si ya se lo había comentado antes! parece que hoy su Señoría no está muy puesto.
JUEZ.— ¡Veo que te gusta vivir al límite, piensa que mi paciencia tiene un límite, pero por hoy, ya he tenido bastantes sorpresas, ¡así que... sigue con tus teorías!
FLO.— Este es el diario personal de la muerta, he leído un poco, y habla de sus asesinatos.
TRIPAS.— ¿Sus asesinatos?
FLO.— ¡Sí!, se ve que era una asesina de encargo.
JUEZ.— ¡Bueno, aún falta que yo le dé el visto bueno a esta hipótesis! ¡Seguramente este diario será de otra persona!
¡Te ordeno que no leas nada más de este diario! ¡es una prueba... o no! de este caso. ¡Entrégamelo que tu eres capaz de perderlo!
FLO.— ¡Tome, tome, ni que tuviera miedo a que su nombre estuviera entre sus clientes!
JUEZ.— ¡¿Cómo te atreves?! (cogiendo el diario) Estoy cansado de tus bromitas y tus coñitas, quedas advertido de que a la próxima te suspendo de empleo y sueldo por un mes, ¿lo has entendido?
FLO.— ¡Si su señoría, lo he entendido!
JUEZ.— ¡Y no dispongo de más tiempo!, regreso al juzgado. ¡Estoy hasta las narices de escuchar sandeces!
FLO.— Yo, si me lo permite, tardaré un poco en volver, quiero continuar hablando con la vecina.
TRIPAS.— ¡Si! me tienes que ayudar a cargar con los restos del congelador.
FLO.— ¡Pensándolo mejor, la vecina no se moverá de su casa, ya vendré mañana! ¡espere su Señoría! si me lo permite vengo con Vd., me he acordado que tengo un montón de citaciones para esta mañana.
JUEZ.— ¡Está bien, ven! ¿Pero y tu coche?
FLO.— Antes he venido con el coche del cerrajero, así que, ¡hasta luego Lucas!
Dirigiéndose a Tripas al tiempo que abandonan la casa.
TRIPAS.— ¡Vale, lárgate, ya me las apañaré!
Se encuentra sólo en el escenario el Doctor Tripas, que decide echar un vistazo a lo que hay dentro del arcón.
Va tirando partes del cuerpo (maniquí)
TRIPAS.— ¡Esto me sirve! ¡esto me sirve! ¡esto, también me sirve! ¡Bueno casi todo me sirve, menos la cabeza, que se la tendremos que devolver a su mujer, ¡la paleta que estaba llorando! El resto me irá de perlas para mis experimentos.
¡Aunque, parece que ahí, hay otra cabeza, será la que decía Flo!
Sigue hurgando en el arcón, tiene que parecer que hace un esfuerzo.
TRIPAS.— ¡Ya la tengo! (Sacándola y mostrándola al público)
Pero... esta cara, este rostro me es familiar, (Dando la vuelta a la cabeza de la mujer con pelo largo) yo la conozco....
¡Ya caigo! es la novia del Juez Maso, "La Mulatita", la que dijo él, que había regresado a su Brasil. ¡Esto no me gusta nada! ¡pero nada de nada!
¡Parece mentira como cambiamos, con lo esbelta que era esta mujer!
Deja la cabeza en el suelo, después de hacer ademán de tirarla al público.
TRIPAS.— ¡Seguro que el resto del cuerpo debe estar en el arcón! ¡Voy a ver!
Y abre de nuevo el arcón e intenta meterse a medio cuerpo y luego buscar
TRIPAS.— ¡Esto no es! ¡esto tampoco es!, (un lapsus)
¡Nada, que no está aquí!
Se reincorpora
TRIPAS.— No encuentro el resto del cuerpo de "La Mulatita", habrá querido guardar la cabeza como recuerdo... o como prueba de que ha realizado el trabajo.
¡Ya decía yo que parecía que el Juez conocía a la asesina!
Pues ya me dirás, quien es el guapo que se lo cuenta. Si no ha sido el, quien ha encargado que la maten, ¡malo porque se va a llevar un buen disgusto y lo pagará conmigo!, y si lo la ha sido... ¡peor!
Casi me dan ganas de hacer desparecer la cabeza y aquí "paz y después gloria".
Pero... y si hay algo escrito sobre ella, en ese maldito diario. ¡Hay no se, no se! ¡esto me viene grande! ¡Ya lo pensaré más adelante, ahora a lo mío!
Ahora mira hacía el sofá y se dirige hacía él: (30 minutos)
TRIPAS.— Creo, que no vendrá nadie a interrumpirme (Mirando con la cabeza a todas partes), ya puedo empezar...
Va hacía atrás del sofá y saca de su maletín, una jeringuilla exageradamente grande,
TRIPAS.— ¡Ahora probaré los cambios que he realizado, en mi fórmula de "Recuperación de la vida", este es el nombre que al final le he puesto, o quizás suena mejor, "RDV", es más americano, ¡más actual! ¡me gusta más, definitivamente así lo llamare!, "RDV".
Ahora destapa a la muerta, sigue teniendo la jeringuilla en la mano.
TRIPAS.— He preparado una dosis, que sólo tiene un efecto de 24 horas... o sease, un día. Así si algo falla, su nueva vida se extinguirá cuando pase un día. ¡Que bien hablo! ya estoy practicando mi discurso de recogida del Nobel, porque con esta fórmula de mi invención, ¡como mínimo me otorgaran el Premio Nobel! Y además, ¡ganaré mucho... mucho dinero!
¡je, je, jeee!
¡Ahora tengo una duda... ¡nunca la he probado con una asesina, o asesino! ¡esperémos que no pase nada en especial! ¡aunque dicen que los psicópatas tienen un cerebro diferente a la otra gente! ¡No creo...!
Y pincha a la muerta con la jeringuilla
TRIPAS.— Esto hará efecto en unos segundos, ¡mejor me alejaré por si acaso!
(Efecto, por ejemplo un relámpago) La muerta se levanta a medio cuerpo y mira al público.
IVONNE.— ¡¿Dónde estoy...?!, ¿dónde estoy?
TRIPAS.— ¡Estás en tu casa! ¡te he revivido!
La muerta lo coge por el cuello de un movimiento brusco
IVONNE.— ¡¿Y porqué lo has hecho?! ¿quién eres tú?
Tripas sujeta sus manos para evitar que le estrangule y habla como puede.
TRIPAS.— ¡Paggaa ayudargte! ¡pagga ayudarte!
IVONNE.— ¡No recuerdo haberte pedido ayuda! ¡te mataréee!
TRIPAS.— ¡Esspega quiero decirgte algoo!
La muerta intrigada deja de apretarle
IVONNE.— ¡Habla, tienes tres minutos, antes de que te mate!
TRIPAS.— Ahora que has vuelto a la vida, necesitarás un sitio donde esconderte, y a alguien que te ayude y te de comida. ¡Y ese soy yo!
La muerta mueve la cabeza como pensando.
IVONNE.— ¡Me has convencido! ¡te voy a dejar vivir! ¡pero si me haces cabrear...te mataré! ¿lo has entendido?
TRIPAS.— ¡Si! ¡si te cabreo, me matarás!
IVONNE.— ¡Eso es! y bien, ¿donde vamos a vivir?
TRIPAS.— En un sitio que te gustará y al que estás acostumbrado, pues está lleno de cadáveres. El Depósito Forense.
IVONNE.— ¡Uhmm... me gusta! ¡me gusta mucho! ¡además, allí podremos guardar también, los cuerpos de los que vaya matando!
TRIPAS.— Sobre esto, ya hablaremos.
IVONNE.— ¡Sí, ya hablaremos! ¡ahora me marcho! ¡me voy a dar una vuelta por el barrio! ¡Nos vemos luego en el Depósito!
Y baja del escenario se marcha por el pasillo central hacía la entrada (Puede haber otra escena alternativa, que es salir por la puerta)
Al mismo tiempo grita el Doctor Tripas:
TRIPAS-— ¡Espera, espera condenada! ¡¿dónde vas con esta pinta?
FIN DEL PRIMER ACTO
SE BAJA EL TELÓN. (10 pgs) (35 minutos)